jueves, 29 de noviembre de 2012

La Ventana de Johari

Conocernos es de las tareas más difíciles, Johari es un psicopedagogo que explica como somos nosotros y para ello nos compara con una ventana.



Según esto el yo abierto y el yo ciego es lo que yo conozco y el yo abierto y el yo externo es lo que los demás conocen de mi.
Hay cosas que sabemos y que los demás no, se encuentra dentro del yo ciego.
El yo oculto es cuando ni los demás ni yo nos conocemos a nosotros mismos.
Cuando alguien descubre algo pasa del yo ciego al yo abierto.




Este caso son las personas que no se dicen como son y no aceptan el decir de los demás. No se conocen ni los conocen.

Personas que siempre están preguntando, se conocen mucho a sí mismos pero los demás no.

Personas que hablan de sí mismas y por tanto los demás les conocen


Para Johari es la persona ideal, lo que yo se de mi y lo que los demás conocen de mi. El yo ciego de esta persona es muy pequeño.

Yo conozco a los demás feed back"pide tu opinión"


Tenemos que abrirnos al mundo pero tener cuidado con el fracaso.
Hay quienes se han abierto tan solo una vez y al hacerles daño no se han vuelto a abrir.
Aunque te hagan daño al abrirte es más el número de veces que merece la pena.
No puedes no volver a abrirte.


Cuento del Baobab, la liebre y la hiena:

En la llanura Africana había un gran árbol cuyas hojas y ramas proporcionaban mucha sombra. Un día una liebre la observo desde la lejanía, por curiosidad y por el fuerte calor se quizo acercar para descansar un poco. Al llegar la liebre le pidió al árbol que moviera sus hojas y sus ramas para que le diera fresco y sombra y el árbol estaba lleno de joyas, el Baobab se abrió y aparecieron un numero jamás vistos de joyas cuyo valor era incalculable: rubíes, más diamantes que los de la tierra, oro, zafiros, esmeraldas,etc. Y el Baobab le dijo a la liebre que cogiera lo que quisiera, la liebre solo cogió un diamante y pensó que con eso alimetaría durante mucho tiempo a sus crías.
Otro día una hiena divisó a lo lejos el Baobab y más por curiosidad que por otra cosa se acercó, el Baobab se volvió a abrir y aparecieron aquellas joyas y le ofreció a la hiena que cogiera lo que quisiera entonces la hiena comenzó a recojer cuantas joyas podía y el árbol se cerró y desde entonces no se ha vuelto a abrir más.


Reflexión: En nuestro alrededor hay personas que se abren y que al hacerles daño se cierran y no se abren más, tenemos que abrirnos, MERECE LA PENA.










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